Voluminoso y ligero para andar, es dinámico y emprendedor. Tenaz para el trabajo; inteligente para llevar sus negocios; no descuida su bien pasar. Trabajó muchos años con su hermano Licidoro en panadería; después construyó una; solo, y ha ampliado sus instalaciones, por lo que es lo mejor que hay en Cañete. Es un industrial esforzado y digno de aplauso.En sus ratos de ocio se dedicaba a la radio; hasta un curso siguió por correspondencia y se tituló; estuvo establecido con Hernán González y ganaron plata. El tenía el título y Hernán arreglaba las radios. Tiene amor al deporte y es entusiasta. Buen amigo de sus amigos, no escatima ocasiones para estar con ellos momentos agradables. Al verlo por primera vez, aparece huraño y con cara de pocos amigos, como se dice vulgarmente; pero no es así, esconde buenos sentimientos y sabe hacerse querer por sus dotes de caballerosidad y de buen trato.
Anda siempre preocupado de no perder ni un minuto en sus trabajos y a grandes zancadas cruza el pueblo en demanda de alguna diligencia.
Don Anselmo Torres, cumplidor de sus obligaciones y siendo hombre de buen crédito, llegará a tener holgada situación económica. Bien se lo merece. Su hermano, don Lucidoro, que cuando tomaba sus traguitos, allá en sus años mozos, al decir de Emilio Méndez, andaba con sus tranquitos muy cortitos. Ha sido también un hombre muy emprendedor, muy trabajador y honorable.
