Entre los temas más importantes entre los vecinos de la ciudad, los días que antecedieron a la reunión, el el salón de actos de la Escuela Superior de Hombres N°1, estaba, sin duda alguna, la creación del Cuerpo de Bomberos. Hasta el momento un sueño que poco a poco tenía rostro de realidad.
Los primeros pasos en la reunión previa que se había realizado en la municipalidad, dirigida por el alcalde Paulino Viveros sagardía, farmacéutico de profesión y eil por largas décadas en la comuna, estaba a punto de dar frutos reales.
El trabajo de las comisiones formadas y el ascendiente de Víctor Inostroza Villalobos, agente del Banco del Estado y quien personalmente, casi, había logrado reunir entre los clientes la cantidad que faltaba para la adquisición del carrobomba.
Durante todo el día 14 de septiembre, los vecinos se cursaron las últimas invitaciones para la asamblea programada para las siete de la tarde. labor ardua, porque no había medios de comunicación, había que ir en forma personal. Poco se sabía cómo debía funcionar la institución, pero eso no era problema.
En la mesa central, Francisco Gallardo Ascencio, gobernador del departamento de Cañete y Paulino Viveros Sagardía, Alcalde.
De dónde partió todo
En una fecha que no se ha podido precisar, la empresa farmoquímica del Pacífico, dio la orden a uno de sus ingenieros de transformar un vehículo Cadillac, año 1925 en un carrobombas, que prestara servicios en los incendios que se producían en la compañía en Llay-Llay.
Este acontecimiento, totalmente ajeno a la ciudad, vendría a ser totalmente gravitante en la creación del cuerpo de bomberos, institución que por cinco décadas se ha proyectado en el servicio a la comunidad co sacrificio, entrega, heroismo y fortaleza, para salir adelante frente a las dificultades encontradas en el camino.
A pesar de los esfuerzos del ingeniero por realizar lo más rápidamente posible ala adecuación del vehículo, la empresa encontró demasiada la tardanza y como los servicios del carrobomba eran urgente, optó por la importación de uno que reuniera todas las condiciones del caso.
Esto, además de dejar muy triste al ingeniero, dejó obsoleto el trabajo que se estaba realizando y el vehículo fue dado de baja sin utilizarse.
Contactos de compra
Ocupaba entonces, el cargo de tesorero comunal un señor de nombre Marcos Arredondo, quien conociendo la situación y la necesidad que este vehículo podría prestar en Cañete, aún no existiendo bomberos, se puso en contacto con el alcalde Paulino Viveros, para que la municipalidad pudiera de alguna forma adquirir este camión refaccionado como carrobomba.
El alcalde se mostró muy interesado visculmbrando posiblemente la importancia de la acción ya que eran numerosas las dificultades que la población tenía para salaguardar sus pertenencias de los incendios que se producían con cierta frecuencia en casas de madera y leña como elemento de combustión.
La red de agua tampoco era la adecuada y la presencia de grifos era escasa y jamás habían sido usados, esto se mejoraría recién en 1947.
Las ciscunstancias de hechos tan distantes que se fuero trenzando en un apretado tejido, daban para que en ese 1945 naciera el glorioso Cuerpo de Bomberos de Cañete.
Faltaba dinero
Lamentablemente las arcas municipales no estaban a la altura de invertir $300.000 pesos que se pedían por la máquina. La tesorería edilicia tenía sólo la mitad. Nació, entonces, la idea de llamar a una reunión en la sala de sesiones de la municipalidad con el objeto de encontrar la forma de financiar la compra que se sentía ya como una necesidad difícil de eludir y que por supuesto daría tranquilidad a la población ante los siniestros.
El 29 de agosto de 1945 fue una fecha clave, la formación de las comisiones, la esperanza y la confianza de sus integrantes por lograr la meta fueron la fortaleza vital que hizo olvidar el tiempo inestable y el frío de la estación, para contactar a los vecinos y comprometerlos en la gestión que se estaba emprendiendo. Los acuerdos tomados quedaron plasmados en la primer acta que registra el libro de la institución, los nombres de los vecinos, sus pensamientos, su empuje y sus anhelos.
Comienza una tradición inmortal
El mes traía los aires típicos de septiembre. A los pocos días se conmemoraban los 135 años de la independencia de nuestro país. Con ese mismo espíritu comenzaron a llegar los vecinos al salon de actos de la Escuela Superior de Hombres (actual E-830) construida en los gobiernos de Pedro Aguirre Cerda y Jerónimo Méndez e inaugurada un año antes por el presidente Juan Antonio Ríos Morales.
A las 19:00 horas el gobernandor del departamento, Francisco Gallardo, acompaado del alcalde Paulino Viveros en la presidencia, dieron por abierta la sesión con asistencia de gran número de personas.
La materia de la convocatoria era una sola: formación del Cuerpo de Bomberos de Cañete, razón por la cual se eligió el directorio de éste, la oficialidad y los miembros honorarios. Estos últimos, por su colaboración directa en el materialización de la isntitución y adquisición del carrobomba.
La nominación de Superintendente recayó en el entonces agente del Banco del Estado, Víctor Inostroza, quien aceptó gustoso la nominación.
El cuerpo de bomberos era una realidad y así quedó estampado en el acta de esa reunión que fue levantada a las 20:30 horas. Tres aos más tarde se recibió con alegría el nacimiento de la Segunda Compañía y que a la fecha cumple 47 años de importante labor, incorporándose finalmente la Tercera Compañía que celebró recientemente su quinto aniversario.
Como testimonio de este histórico momento, quedó impresa con lapicera de tinta de manos del secretario general Alfonso Concha Acuña, el Acta de Fundación.
Ahora a trabajar
En poco tiempo había nacido una de las más importantes instituciones de servicio de la pujante ciudad. Ahora venía el trabajo interno, implementar el carro que no tenía estanque para el agua, los grifos jamás habían sido usados. En consecuencia, no estaban en las mejores condiciones, debpian ser adecuados para prestar un servicio expedito.
Había algunos grifos, por ejemplo, cerca del hospital, que en ese tiempo estaban en el emplazamiento actual del Liceo Politécnico José de la Cruz Miranda, teniendo al frente la plaza Pedro de Valdivia, que era un sitio eriazo con un monolito cerca del centros; otros grifos se ubicaban frente a la tienda La Herradura, Plaza de Armas y otros había que reparalos.
"Empezamos a aprender a ser bomberos -nos relató don Juan Petit-Laurent, socio fundador y actual tesorero general- había que hacerlo todo, no había nada. Mangueras, gemelos, todo realmente caro, además que en aquellos tiempos no existía la junta nacional y había que financiarlo con beneficios", recalcó.
Según indicó Alfredo Aguayo, Superintendente del Cuerpo, tampoco exixtía la ayuda del Estado para este tipo de instituciones. En ocasiones se lograba el compromiso de los parlamentarios que venían a la zona "aunque los que sobresalía era el esfuerzo", manifestó.
Cuartel de Bombas
El carrobombas, orgullo de la naciente institución y eje fundamental en el nacimiento de ella, había que mantenerlo en un sitio propio y donde los voluntarios y la comunidad pudieran acudir a reunirse o dar aviso ante la eventualidad de un siniestro.
El trabajo reaizado por la diretiva fundadora resulta trascendente en el futuro del cuerpo de bomberos, la visión de futuro, la prevención de los acontecimientos y la tremenda capacidad para aceptar desafíos es aún hoy digna de gran admiración.
Por eso no resultó sorpresa que cinco años más tarde, 1950, se solicitara un préstamo a nombre de la institución a la entonces Corporación de Reconstrucción y Auxilio por $300.000 pesos para la compra del sitio donde se ubica el cuartel.
Las circunstancias en todos los aspectos parecían estar al lado de estos pioneros porque este préstamo a 30 años plazo, pagadero en cuotas semestrales de $ 600 pesos, se fue diluyendo con los cambios monetarios.
"Cuando se cambió el peso a escudo la cuota ya no era de $600, sino E°6, y posteriormente con la siguiente vuelta al peso, se condonó la deuda, porque slía más caro el papeleo", relató Alfredo Aguayo, en ese tiempo Ayudante de Comandante, hoy Superintendente.
Inuguran Cuartel
No se cumplía una década desde su fundación, tenían ya dos compañías y hacía cuatro años habían adquirido el terreno. Sin embargo, a pesar de la lluvia que hizo temer por la realización de la ceremonia, ese domingo 25 de abril de 1954, todo estaba listo para inaugurar el Cuerpo de Bomberos de Cañete.
Temprano llegaron las delegaciones de Lebu, encabezadas por sus Superintendente Luis Sagardía y de Curanilahue, por su secretario. La ceremonia contró con la interpretación del Himno Patrio y el izamiento del pabellón nacional, desfile de las compañías de Cañete e invitadas, un ejercicio general, palabra de la autoridades y cóctel.
Las nuevas dependencias, que significaron un emocionado orgullo para directivos, oficiales y voluntarios, fueron bendecidos por los párrocos Manuel Frénaga y Enrique Ebeling.
Distinción
El alcalde Isidro Valenzuela, tambié bombero, al dirigirse a los presentes dijo que el notorio progreso de bomberos era un progreso para el propio pueblo y que este esfuerzo lo reconocía la ciudad. Destacó que uno de los artífices de este avance lo representaba la persona del superintendente Luis Petit-Laurent, por su magnífica actuación a la cabeza de ella y como cooperador entusiasta del progreso local.
Consecuente con ello, el alcalde distinguió al diretivo bomberil con la medalla de oro en recuerdo al cuatro centenario del Fuerte Tucapel.
Emocionado por la distinción, Luis Petit-Laurent entregó la obra a la comunidad y agradeció a las personas que más colaboraron en la cristalización de ella.
50 años después
El teimpo transcurrido se ha encargado de destacar aún más la persona del desaparecido superintendente Luis Petit-Laurent, por las muchas obras que nacieron en su gestión. Su carácter previsor y ahorrativo le permitió tener siempre fondos para solventar compras de implementación y reparaciones del cuartel.
Cincuenta aos después de su fundación, bomberos se ve como una gran obra, reconocieron sus miembros fundadores Alfredo Aguayo y Juan Petit-Laurent.
Cincuenta años representan una larga historia, muchas páginas, nombres, acontencimientos, benefactores, suman un gran esfuerzo y dedicación a una gran labor que, por ser voluntaria, es hermosa y edificante.
Bomberos es una institución ejemplar en todas las latitudes del orbe y los de Cañete no son una excepción, razón por la cual la comuna y sus habitantes les agradecen la tranquilidad que otorgan y les felicitan por estos cincuenta años de férrea disciplina y amor sin reservas.
Alfredo Aguayo Benard, un ejemplo
No resulta exagerado indicar que muchas generaciones han crecido viendo la figura de Alfredo Aguayo Benard, comerciante, viudo, 71 años, padre de dos hijos: Patricio y Mónica, como una figura intensamente identificada con bomberos, desfiles, acciones sociales, en el frente del trabajo.
El cumplimiento del cincuentenario del Cuerpo de Bomberos de Cañete le ubica en el cargo de Superintendente, labor que ha cumplido durante 13 años, desde 1982. Aunque indica que ya es hora de pensar en el retiro.
Alfredo Aguayo formó parte de los 44 vecinos que asistieron, según el acta de funcación, a la reunión que constituyó a bomberos en la recién construida escuela Superior de hombres.
El ímpetu joven y la vocación de servicio de sus 21 años los llevaron a estar presente e integrarse como voluntario. Tres años después (1948) recibió el nombramiento de secretario de la primera compañía, pasando en 1950 a ser ayudante de comandante,
Su trabajo es reconocido por la institución, ante lo cual en 1953 es ascendido a comandante y durante 29 años desfiló al prente de la compañía hasta que en 1982, de manos de Juan Petit.Laurent Trillat, recibió la superintendencia. Mencionar a Alfredo Aguayo es mencionar, al igual que, con Juan Peitit Laurent, la historia de la institución a la que tanto quieren y de la que resulta "imposible alejarse".
La Voz de Arauco, conversó largamente con este miembro de bomberos de Cañete y sintió como se emociona a cada momento al evocar acontecimientos, historias, penas y alegrías. "Tienen que preguntar ahora, porqué sólo quedamos dos cosios fundadores", dijo.
Indica que su salud le hace pepnsar en el retiro. "Es necesario entregarle el mando a gente más joven, no que disponga de más tiempo que nosotros, porque seiempre le hacemos un espacio en el día para atender la institución, pero a alguien con más dinamismo, porque uno ya está viejo", asegura.
Difícil decisión
Es innegable que cuando habla del retiro lo hace con mucha tristeza, aunque coincide con Juan Petit-Laurent que podrán seguir siendo una especie de consejeros, "porque para voluntarios ya no servimos- acota sonriendo -, a uno los años lo ponen delicado de salud, especialemente en invierno y cuesta ir a reuniones".
Camina por su oficina, en el segundo piso de sus establecimiento comercial, se detiene para destacar que la permanencia en bomberos le ha deparado muchas satisfacciones, y cita una: "Cuando ocurrió el incendio en calle Saavedra, entre la Plaza de Armas y el servicentro, uno de los más grandes de la comuna y hubo que pedir ayuda a todas las compañías de la provincia".
Como a las seis de la mañana - relata - se me acercó una persona que me dijo: "Comandante, lo felicito a usted y a su institución por la actuación en este incendio; porque en una ciudad como Santiago un incendio de estas porporciones se ataca con 10 o 15 compañías y con otros tantos carrobombas y ustedes aquí con un carrito (nissan junior) han logrado sofocarlo. Lo vuelvo a felicitar -agregó-. Soy palabra autorizada en la materia, porque soy el jefe de seguridad de la Empresa Nacional de Petróleo, ENAP. Eso es una gran satisfacción por la institución y sus voluntarios", recordó Aguayo.
Un hombre ligado a la historia, bombero desde siempre
Aunque piensan que el próximo será el año del retiro, un deseo que le nace del alma, reconoce también, que le dan ganas de quedarse, "porque es una actividad bonita". Juan Petit-Laurent Trillat es parte de la historia del Cuerpo de Bomberos de Cañete.
Conversamos con él durante largo tiempo. Nos sorprende gratamente reconocer que la evocación de cada acción, actividad, reunión, tiene cientos de matices en su recuerdo.
Como ex-superientendente y actual tesorero general muestra orgullo porque el cañetino es el único cuerpo de bomberos de la provincia que, con el buen apoyo municipal, no tiene grandes problemas económicos, "más cuando se ve y se sabe que las cosas se están haciendo bien en el aspecto directivo; porque se percibe cuando el voluntario está contento" , dice.
Comunidad
Plantea el directivo y fundador que la labor de bomberos es una responsabilidad voluntariamente adquirida y reconoce ser una administrador de los bienes que la comunidad y el propio municipio les entrega. "Ellos son los propietarios de todo los que bomberos tiene, "nosotros sólo hemos heredado esta responsabilidad que no es chica. Aunque no no hemos tenido problemas", dice.
Conversar con Juan Petit-Laurent es empaparse a cada segundo del sentimiento bomberil y recorrer sin problemas los pasajes más sublimes y emocionantes de la historia de esta institución a la que ha permanecido ligodao activamente por los 50 años que ella cumple. Hay una ligazón tan profunda entre el hombre y la institución, que no sabemos dónde la historia puede separarse. Sólo que pueden ser 50 años más unidos.
La Voz de Arauco 1995