Ingeniero agrónomo, distinguido, es hoy, por suerte, el Agrónomo Provincial de Arauco, donde ha llegado con el caudal riquísimo en experiencia técnica y agropecuaria. Hombre de esta jerarquía intelectual, que dominan su materia, son los que hacen falta en provincias como Arauco, por ejemplo.
Une a su gentileza y caballerosidad, una actividad poco común. Realizador y visionario, ha sido, puede decirse, el padre de la forestación en Arauco y organizó sociedades forestales que hoy día son orgullo, me recuerdo la llamada de “Carampangue” y otras donde su opinión y consejo asumían el control de lo que debía hacerse.
No se precipita en sus juicios y es ponderado para ellos, no hiere a nadie y da gusto discutir con él porque, con su sonrisa mefistofélica, jamás se “achaplina” y llega a convencer a su contrincante. En realidad, Belisario no ha hecho el curso de párvulos y deja atrás a muchos de sus colegas; jamás se le ha visto estar espantando choroyes en las chacras y por eso sabe bien lo que hace.
Radical de fila, debe serlo en todo momento. Ustedes saben que hay algunos que se “corren” cuando el partido está alicaído. Franco y de firmes conceptos, es un alma blanca dentro de un cuerpo que no es idem. Se conoce el tipo araucano y grandezas de corazón y de amplio espíritu, pues las jornadas de la vida no aparecen en él y disimula su edad... aunque él no lo sabe.
La provincia de Arauco ha tenido el provilegio de tenerlo ahora como funcionario público y creemos, muy sinceramente, que la agricultura progresará y hara experiencias decisivas para que ese agro que yo lo estimo como reserva del futuro.
Belisario Neira Salas está como un roble en medio de su montaña en parte aún indómita. Ya él batallará por tener una Fábrica de Celulosa y por aumentar el regadío y tantos otros adelantos que deben existir en Arauco, sin descuidar el riquísimo material que hay en el Departamento de Arauco, donde los suelos están esperando sepan tratarlos para dejarlos aptos para un promisor cultivo.
