De baja estatura, moreno, calmado para andar, es caballeroso y entaquillado al mismo tiempo. Hombre muy trabajador, está formando su fortuna a la buena; educa bien a su familia, es jefe de hogar muy bueno; preocupado de todo, es persona ejemplar.
Modesto, inteligente y sagaz para el negocio; es difícil que se lo piten al comprar animales; en una palabra; la sabe todas y por libro... Creo que a él le consultaron para escribir el último tomo de “El cateo de la laucha”... se hace el lesito y mira por debajito como que no quiebra ningún huevo; observador y listo para el negocio; de la mañana a la noche se verá siempre en su sostenido y sacrificado trabajo.
Tiene buenos amigos y les sirve si llega la ocasión. No es hombre de rencores ni de torcidos manejos; sabe elegir a sus amistades y no escatima su cordial afecto para quienes distingue como amigos. Sincero y leal, sabe darse a querer.
Es radical de fila y un convencido que este Partido hará la grandeza de Chile; por sus sabias enseñanzas y ayuda al necesitado; sabe que se hizo ya una etapa industrial y que esta segunda que quiere emprender el Partido Radical es la agricultura, en todos sus ámbitos.
Hermano del recordado don Ignacio que viviera por tantos años en Lebu y que actualmente se aburre en Santiago, añorando seguir de Superintendente de Bomberos de aquel puerto, es una familia de raigambre radical y de trabajo esforzado y de una tenacidad envidiable. Don Isaías Torres Saravia es un elemento que merece destacarse por su energía para dirigir su obra de formarse una sólida posición monetaria. Una vez le confundí con otro señor, que ejerce trabajo similar al suyo y que pretexto de comprarme un caballo, lo “ensayó” hasta sonde don Gastón para ver si era aguantador; el señor ése no hallaba de dónde sacar caballos y se le ocurrió, dijo yo, esa treta. Yo miraba con malos ojos a son Isaías, hasta que un día aclaramos el asunto, cuando los vi juntos en el Matadero, a donde iba yo a fiscalizar la matanza, para que no sacrificasen hembras menores de dos años, como se prohibía por Ley en ese tiempo.