ESTAMPAS DE CAÑETE

Alfonso Concha Acuña

LUIS PETIT-LAURENT TRILLAT

Hombre trabajador y honrado a carta cabal, es, en Cañete, símbolo de sobriedad y de gran prestigio como cooperador y ciudadano en quien se puede confiar hasta lo más sagrado.
De porte señorial y calmado en el andar, denota de inmediato su inteligencia y ecuanimidad; de gran espíritu comercial, no sólo trabaja con sus hermanos Héctor Y Juan, en el gran almacén “La Herradura” sino que trabaja con su otro hermano Víctor en aserraderos en Curacautín.
No le gusta figurar; es modesto y leal; pero donde tiene puesto su gran cariño y puede decirse es “su obra” es el Cuerpo de Bomberos, al cual también contribuí a fundar, siendo su Secretario General hasta que me vine “de 1945 a 1953”. Sin don Luis Petit-Laurent, estoy seguro que el Cuerpo de Bomberos no habría llegado a estar en el pie en el que hoy se haya. No escatima sacrificios y su bolsillo está siempre abierto cuando se le necesita. Hombre hogareño, no gusta de lo sibarítico y actúa para bien de todos sus amigos y conocidos. De gran jerarquía intelectual, ha sabido llevar sus negocios en forma siempre floreciente, tal como él bien se lo merece, por ser cooperador y quitado de bulla.
El temple de su carácter, su ilustración y filosofía de la vida, lo ha hecho sobreponerse a todo; impertérrito, sigue su vida bomberil viento en popa, sin descuidar jamás sus varios negocios; su cerebro no descansa trabajando para hacer algo mejor. Don Lucho, como todos cariñosamente le dicen, es una estampa tradicional y querida en Cañete; se llega donde él seguro que le va a solucionar su asunto. Ponderado y sin ostentación, emana él sus bondades y buen consejo; certero siempre, sabe dar en el clavo en cada situación.
Cuando había beneficios para Bomberos, don Lucho dejaba todo a un lado y se consagraba a servir, como un muchacho. Si no hubiese sido por él, no habría Cuartel de Bomberos; le colaboré cuanto pude, porque comprendí era rotario de corazón y practicaba aquello “de dar de sí, antes que pensar en sí”. Un tiempo perteneció a Rotary; pero sus ocupaciones no le dejaron tiempo para seguir regularmente y renunció.
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