En este mundo competitivo, la gente parece ir siempre a la defensiva. Como si de un estado de guerra se tratase, nos relacionamos con los demás desconfiando, buscando siempre dónde está la trampa y preparando todo un arsenal para atacar en caso de cualquier provocación.
Nos han enseñado a ver al prójimo como si fuera un enemigo del que hay que defenderse y hemos recibido sin masticar un concepto individualista según el cual todo lo que logramos es un mérito personal.
De esta dificultad para ver al otro como un amigo nos habla el lama Thubten Yeshe en este hermoso texto que invita a la reflexión y al intento por construir un concepto de mundo más amable.
“Toda la felicidad y el beneficio que has experimentado procede de los demás. Cuando naciste, llegaste del seno de tu madre, desnudo. Tus padres te dieron abrigo, leche, cuidados y atención. Ahora que has crecido tienes ropa y muchas otras cosas. ¿De dónde provienen? Provienen del esfuerzo de otros seres sensibles.
Quizás pienses que se debe a que tienes dinero, pero no puedes vestirte con dinero. Si otras personas no hubieran hecho el tejido, carecerías de ropa. El pastel que saboreas también es el fruto del esfuerzo de otros. Así sucede con los otros deleites del reino del samsara: todo proviene de otros seres sensibles, de otras personas que te lo dan a ti.
¿Resulta difícil de aceptar? ¿Es demasiado para ti? Piensa en lo que has hecho hoy. Lo que comiste en la mañana no era tuyo, ¿o lo era? De modo similar, analiza en detalle todo lo que tienes. Todo ha llegado a ti a través de los demás. Tú naciste sin nada. Los demás son tan amables. Sin la amabilidad de los demás te sería imposible vivir.
No creas que has llegado al lugar donde te encuentras socialmente a través del estudio, el trabajo o ganando dinero. Sucede así porque la sociedad se ha organizado para hacer tu vida y la de los demás más fácil. La sociedad también es amable.
Otro ejemplo de amabilidad ajena es la reputación. ¿Cómo podrías conseguir una buena reputación sin los demás?
El halago “eres bueno, eres amable, eres esto o eres aquello”, proviene de los demás. La reputación, la comida, la ropa, todos tus placeres provienen de otros seres sensibles. Olvidar su amabilidad y pensar “yo lo hice” implica una actitud mental totalmente fuera de la realidad.
Tú no puedes hacerlo todo. Otros maternales seres sensibles han consumido su propia energía y han puesto comida a tu disposición. Quizás tu ego y tu apego no te han permitido pensar que las otras personas son amables. Pero analízalo de veras. Es importante.”