ESTAMPAS DE CAÑETE

Alfonso Concha Acuña

RICARDO FIGUEROA GONZÁLEZ

El doctor Figueroa tiene una mano de ángel para la técnica quirúrgica; es ya un profesional muy querido en la zona. Es un estudioso permanente y no es orgulloso en su ciencia. Ha obtenido distinciones en la Universidad de Concepción; recuerdo que yo mismo le organicé un gran banquete que le dimos por haber sobresalido en cursos de perfeccionamiento. Nació en Lumaco.
Modesto en el trato, es un facultativo muy inteligente y de gran porvenir. Alegre para estar en fiestas, muy cariñoso en su casa, ocurrente y simpático para conversar; cuando está a gusto, no quiere abandonar la fiesta, por más que la señora Zulema (muy simpática y tan agradable esposa) le diga que tiene mucho que hacer mañana. Es el único cirujano del pueblo y tiene aciertos maravillosos; sus pacientes, como Heraldo Seguel, dicen que tiene manos de oro.
Ha organizado el Primer Curso de Samaritanas, que tanta falta hacía. Al principio, cuando recién llegó, era reticente; esquivo y aprensivo; desconfiado y observador. Hoy conoce a todos y actúa como cualquier hijo de vecino, sin importarle los “chupamedias” o hablantines que nunca faltan en pueblos chicos. Tiene su filosofía honda y, con inteligencia despejada, maneja bien su Hospital “San Esteban”, del cual es su Director. Ha revolucionado todo y se puede decir que es modelo en la provincia de Arauco. Se le teme como jefe, pero al mismo tiempo se le respeta mucho por su ciencia, saber y por sus virtudes de humano profesional.
Figura respetada y respetable, ama mucho a Cañete. Su esposa es de esta provincia, y su hogar lo alegran varios hijitos cañetinos: son un primor; seguramente salieron a la mamá. Ella, con su carácter franco y sonriente, canta las claridades a quien quiera oírlas; el doctor la oye y la mira con sonrisa nefistofélica.
El doctor se entiende muy bien con todos, pero en especial con su querido compadre, don Carlos González, el cual lo aprecia de todo corazón, según me ha dicho. Una suerte es para Cañete contar con el doctor Figueroa. Los dos doctores, él y Vigueras, son seguros pilares de la medicina allí. También es agricultor.

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