En un mundo dominado por el apuro, la sobre-oferta y la insatisfacción, no es extraño que nuestra mente se vea desbordada. Mala señal, pues el cerebro es nada menos que nuestro centro de operaciones, del cual depende todo el resto del organismo.
Aunque todo el mundo aspira a la felicidad, a la hora de definirla resulta muy difícil decir en qué consiste. Esto, porque la felicidad no es un concepto estático, sino un estado interior en constante movimiento.
No es fácil crecer y convertirse en adulto; pero cuando el miedo a avanzar en edad crece más allá de lo normal, se habla del Síndrome de Peter Pan. Todos hemos conocido a alguien aquejado de este mal.
No es casual que la mayoría de las culturas haya reconocido que una actitud mental positiva tiene un efecto restaurador sobre la salud, y al contrario, una actitud negativa, puede llevar a la enfermedad y a la muerte.
Todos tenemos una historia. Una historia de familia donde padre, madre, abuelos, bisabuelos, hermanos y tíos son importantes personajes que comparten escenario con otros más desconocidos, de los cuales poco sabemos, pero cuya existencia se ha hecho presente en nosotros a través de alusiones y secretos transmitidos por nuestros padres.